La educación física es la disciplina que abarca todo lo relacionado con el uso del cuerpo. Desde un punto de vista pedagógico,
ayuda a la formación integral del ser humano. Esto es, que con su
práctica se impulsan los movimientos creativos e intencionales, la
manifestación de la corporeidad a través de procesos afectivos y
cognitivos de orden superior. De igual manera, se promueve el disfrute
de la movilización corporal y se fomenta la participación en actividades
caracterizadas por cometidos motores. De la misma manera se procura la
convivencia, la amistad y el disfrute, así como el aprecio de las
actividades propias de la comunidad.1
Para el logro de estas metas se vale de ciertas fuentes y medios que,
dependiendo de su enfoque, ha variado su concepción y énfasis con el
tiempo. Sin embargo, lo que es incuestionable, son las aportaciones que
la práctica de la educación física ofrece a la sociedad: contribuye al
cuidado y preservación de la salud,2
al fomento de la tolerancia y el respeto de los derechos humanos, la
ocupación del tiempo libre, impulsa una vida activa en contra del
sedentarismo, etc. Los medios utilizados son el juego motor, la
iniciación deportiva, el deporte educativo, la recreación, etc. La
tendencia actual en educación física es el desarrollo de Competencia que permitan la mejor adaptabilidad posible a situaciones cambiantes en el medio y la realidad.
De esta forma, la educación física pretende desarrollar las
competencias siguientes: la integración de la corporeidad, expresión y
realización de desempeños motores sencillos y complejos y el dominio y
control de la motricidad para plantear y solucionar problemas.3
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